Necesito seleccionar previamente las demandas de acceso a psicoterapia infantojuvenil, debido a dos razones.
La primera es que mi enfoque pone en el centro el niño o adolescente: un adulto tiene más recursos y decide en autonomía qué hacer
de su terapia, mientras el niño o adolescente tiene que aceptar lo que decidan los padres. NO acepto, por lo tanto, cualquier demanda de psicoterapia infantojuvenil y NO hago ninguna sesión con
un menor sin haber previamente valorado si mínimamente puedo asegurar la ayuda o si es preciso derivar a otro profesional.
La segunda es la escasez de agenda, que me lleva a tener lista de espera y por lo tanto a preferir trabajar con familias realmente
implicadas y que se cojan un compromiso adecuado, breve o largo que sea.